Novia
de Víctor
Que onda, ¿supiste algo del
Víctor?, yo tampoco sé nada, pero no ha regresado nadie a su casa, digo nadie porque
se llevaron a doña Carmen. Hace unas horas una patrulla llegó por ella, sí, y
la pobre se tapaba la cara mientras le decían ve tú a saber qué. Se metió y
salió luego luego con su chal y su bolsa, y se la llevaron en la patrulla. Se
fueron derrapando, levantaron un terregal y con la sirena prendida, ya ves que
son rete argüenderos. Yo veía todo escondida atrás de la cortina porque me daba
miedo que me vieran y vinieran a preguntarme, ya ves que apenas alcancé a
regresar a mi casa sin que mis papás se dieran cuenta de que me había escapado
a la fiesta con el Víctor. No sabes lo gacho que estuvo, estábamos a toda madre
en el terreno del Pijas, pusieron unas súper bocinas y buenas rolas; el Víctor
andaba rete enamorado, no se me separaba. Nos tomamos varias chelas, de veras
que estaba a todo dar. Luego el Pijas se encargó de rolar unos churros, ni me
regañes que ya te dije que con poquita, solo unos toques, te aflojas y la pasas
súper a gusto. El Víctor andaba medio intenso, y como yo me dejaba hacer todo lo que él quería me dejó un rato
que pa enfriarse el cabrón y se fue a meter unos pericazos. No sé ni a qué
horas llegaron unos tipos que con un verbo tremendo tenían al Víctor y a otros
como pendejos oyéndolos. Vi que le dieron un sobrecito. Te juro que yo estaba
más atrás, lejos de ellos. Como media hora después el Víctor y el Pijas
parecían poseídos, los ojos blancos, gritaban, se retorcían y así como así se
abalanzaron y uno mordía al otro. Como si se les hubiera metido el chamuco. Te
lo juro. Me acerqué porque quería ayudar al Víctor, pero alguien me jaló y me
dijo que me pelara en chinga porque ya se oían las sirenas de la policía…
Doctor
Señora Carmen, ¿usted es
responsable de Víctor?; correcto. Mire, su nieto sufrió una apoplejía, al
parecer causada por una severa intoxicación de drogas. ¿Está segura que su
nieto no consumía regularmente estupefacientes? Pues mire, doña Carmen, además
de un alto nivel de alcohol en la sangre, los análisis arrojaron la presencia
de mariguana, cocaína y cloud nine, o también conocida como la droga zombie. Sí
doña Carmen, estamos seguros de que los análisis corresponden a su nieto. De
hecho si me acompaña podrá verlo. Le comentaba que Víctor sufrió una apoplejía,
es una suspensión de la actividad cerebral y un cierto grado de parálisis
muscular, pero es muy pronto para saber qué partes de su cuerpo están afectadas
y si se va a recuperar, el daño parece severo. Trate de controlarse doña
Carmen, en unos días sabremos si Víctor va a poder hablar, y tal vez nos diga
lo que pasó.
Policía
Nos avisaron por la radio
de una queja de los vecinos en la colonia Miramar, al parecer en un terreno
había una fiesta y la música y el ruido eran excesivos. Estábamos patrullando
muy cerca de la zona, así que reportamos a la central que en unos minutos allí
estaríamos. Cuando llegamos alcanzamos a ver a muchos jóvenes que se alejaban
del lugar corriendo al haber escuchado la sirena de la patrulla, entramos a la
finca, mi pareja apagó la música y yo caminé hacia donde se veían unos
muchachos peleando. No peleaban con los
puños, sino con los dientes, parecía una lucha de lobos hambrientos, tenían la
cara del color del mismísimo infierno. No los separé inmediatamente porque como
poseídos por el demonio se voltearon hacia mí, y con los ojos en blanco
comenzaron a gritar como bestias. Cuando mi compañero estuvo conmigo les dimos
una descarga para poderlos subir a la patrulla, pero aún con la descarga se
retorcían en la caja de la camioneta y les chorreaba sangre por toda la cara y
el cuello. Los llevamos a toda velocidad a la clínica 6 que es la más cercana
al lugar de los hechos. Quién sabe qué porquerías se han de haber metido esos
pendejos.
Abuelita
¿Víctor me escuchas?, soy
yo, tu abuelita Carmen, mijo reacciona. Mírate nomás, te están poniendo gotas
en los ojos porque por la cosa esa que te dio no los puedes cerrar y se te
secan. Mi Víctor, ¿verdad que tú no consumes drogas?, con ganas de que pudieras
contestar para que le explicaras a los doctores y a la policía lo que te pasó.
Seguramente alguien te hizo la malobra de ponerte algo en tu vaso sin que te
dieras cuenta, ¿eso fue mijito? Si ya les expliqué que tú no consumes drogas,
cómo lo ibas a hacer después de haber sufrido tanto cuando la drogadicta de tu
mamá te dejó a mi cuidado. Ya les dije que eres un buen muchacho y que no voy a
dejar que te lleven a la cárcel cuando te mejores. Imagínate mijito, dicen los
policías que te trajeron a la clínica que el Pijas, tu amigo, se murió desangrado
por una mordida que le diste en el cuello, qué imaginación, ni que fueras
animal o uno de esos muertos vivientes o zombies como tú les dices a los del
programa ese que tanto te gusta ver.