Tradición mexicana, tradición de Sogem Guadalajara.
Cada año en la Escuela de Escritores Sogem, se pone un altar en conmemoración del Día de Muertos, los cuales se han dedicado a escritores que dejaron este mundo terrenal durante el año en curso.
Cada año se han ido amantes de la palabra, y aunque se sienta el vacío en sus familiares y amigos, sabemos que al formar las nuevas generaciones de escritores, tenemos una responsabilidad de mantener su legado, de seguir amando la palabra, tal como ellos lo hicieron.
Cada año perdemos escritores, poetas, dramaturgos, periodistas… todos ellos dedicaron sus vidas a las letras, por lo que creemos que es justo hacerles un reconocimiento, aunque éste sea póstumo, sobre aquello que crearon, por esa, su gran herencia que han dejado, la mayor de todas, porque como dice una amiga, “los libros no tienen caducidad”, no se devalúan, son perennes, sus libros, sus escritos, permanecen con nosotros.
Cada año, tenemos el honor por unos cuantos días de dedicarles esta tradición tan mexicana, para demostrar que en realidad no se han ido, que sus letras impresas los han hecho inmortales.
Y como cada año, se selecciona a un escritor que falleció en los pasados meses, en éste 2016 se ha escogido a René Avilés Fabila (1940 -2016), exponente de la prosa narrativa contemporánea, escritor y periodista. Varias de sus obras: Los juegos, El gran solitario de Palacio, Tantadel, La canción de Odette, Réquiem por un suicida, El reino vencido y El amor intangible. Como Periodista se dedicó al análisis político y la divulgación cultural.
Cada año, seguiremos con esta tradición, recordando a los escritores que se nos adelantaron en el incierto camino de la muerte, llorando por aquellos libros que jamás serán escritos y extrañando esos mundos que jamás conoceremos, ya que como se menciona en el Bhagavad-Guitá, y parafraseando un poco, “Cuando un escritor muere, mueren muchos mundos”.