Soporte técnico por Sofía Cárdenas Lépine

 

                      

Ya te lo he dicho Lucrecia, eso no se agarra por ahí, mira, de este lado y lo sacudes bien, ¿ves?... Sí, ya sé que mi llamada es muy importante para ustedes, pero ya, ¡pásenme con un ejecutivo! …Ay Lucrecia, casi lo tiras, ten más cuidado. Ese reloj me lo regalaron el día de mi boda y cuesta un dineral. No me contestan, ¿ves? Nomás me dicen que pulse uno o que pulse tres, ¡qué bueno que tú no tienes estos problemas, Lucrecia! Seguro allá en tu rancho no llega el servicio de esta compañía. Qué bueno, porque está muy chafa. Ahora que espere, porque por el momento todos sus ejecutivos están ocupados. ¡Qué mierda!

Mira, te faltó en aquella esquina, sí, ahí. Pero bien muchacha, que luego se nota el pasón. ¿Ya limpiaste la arena del gato? No se te olvide, ya sabes que a mí me da mucho asco… ¡Ah, por fin! Sí, señorita, cómo no, le confirmo mi número de contrato, es el MDZ453. Sí, yo soy la titular, no sé por qué, pues lo paga mi marido. Fíjese que estamos teniendo problemas con el Internet, y entonces no puedo ver mi serie de Netflix, ni mandar mensajitos a mis hijos y a mis amigas… Lucrecia, luego le barres ahí, que dejaste el reguero de arena… No señorita, no le hablo a usted. Le decía que se desconectó el Internet, y tenemos muchos problemas cuando eso pasa. Ahora que espere en la línea porque me van a pasar a soporte técnico. Pinche musiquita, me cae re gorda.

A ver, Lucrecia, ya van varios días que te veo seria, como triste. ¿Qué tienes niña? ¿Está enfermo alguien allá en tu rancho? Como no tienen vidrio en las ventanas, seguro entra mucho el aire y la tierra, luego por eso se enferman, deberían poner las ventanas y el piso como Dios manda, los niños gatean en la tierra y se meten las manos en la boca, por eso se mueren tanto. Ah, no es eso, ¿entonces qué? Espérate, ya me atendieron… Sí, buenos días, le decía a la señorita que nos quedamos sin servicio de Internet. Sí, soy yo. Sí, ése es el número de mi contrato.

Mira Lucrecia súbete a los cuartos y recoges el reguero de los niños, luego que bajes, haces la comida… No, no le hablo a usted. No, no tengo la computadora prendida, para qué si no tengo WiFi. A ver, ahorita la prendo. Ya, ¿cuál es el módem? Ah, el cuadrito ése que está junto al teléfono. No, no le prenden los foquitos, bueno sí, uno rojo. Ok, lo espero. ..Oye Lucrecia, antes de que se me olvide, vete a la tienda y me traes unos cigarros, que al rato tengo cafecito con mis amigas… ¿Y dónde lo apago? A ver, no le encuentro ningún interruptor. Ah, ya vi, ya lo apagué. Sí, me espero un minuto y le prendo… Toma para los cigarros, no te tardes mucho, que luego te pones a platicar con todo el vecindario… Ya lo prendí y sigue igual. Ahora ni el foquito rojo enciende, sí, me espero, usted muévale lo que quiera desde allá. No sabe lo que me hace falta el Internet, luego los niños no pueden hacer sus tareas, ya ve que ahora todo se los mandan en la plataforma del colegio, ni chatear con sus amiguitos. A mí me encanta la serie esa de “La Reina” y ya estoy casi por terminar la temporada, y se descompone esto, pues no. A ver, sí, ya están prendiendo los foquitos, pero no todos, el rojo no se apaga, sígale moviendo allá, yo le digo cuando se apague el rojo.

Por fin llegas Lucrecia, tardaste horas, ¿con quién platicabas? Y por qué andas hablando con esa señora, me cae re gorda. Ándale, ponte a hacer la comida, déjame ahí sobre la mesa los cigarros y el cambio. ¿Por qué te quitas el delantal?, te vas a manchar toda, porque es mole. ¡Qué! ¡No lo avientes al piso!... No señor no hablo con usted, espéreme tantito… A ver, ¿cómo de que te vas a trabajar con la bruja esa de la esquina? ¿Porque te cae mejor que yo? Si yo te trato muy bien, ¿nomás porque te va a pagar más, no tiene niños ni mascotas y te va a inscribir en el Seguro Social? Eres una malagradecida, ni creas que te voy a dar carta de recomendación ni te voy a pagar esta semana. ¡Lucrecia, espérate! No te vayas así, si quieres también te subo el sueldo. ¿Que soy una grosera y antipática? ¿Y a ti quién te enseño esa palabra si ni acabaste la primaria? … Sí, ya están encendiendo todos los foquitos poco a poco, a ver, déjeme ver en la compu, sí ya aparece el WiFi… ¡Lucrecia! Mira que los niños te van a extrañar mucho, no los dejes así. Si, ya sé que están un poco malcriados, pero te adoran. ¿Cómo que son groseros contigo? Por favor, Lucrecita, hoy toca mole y no sé cómo hacerlo. ¡Lucrecia! ¡Lucrecia! ¡mierda!... No, no hablaba con usted, a ver, pues parece que ya hay Internet, déjeme ver en Netflix. ¡Ay, no! Ya se volvió a prender el pinche foquito rojo.

 

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