Polvito por Alejandra T. Pichardo






Mire compadre Lucas, entonces le cuento lo que pasó ayer con su comadre Concha, no compa, no hay necesidad de bajar del caballo y relatarlo a la sombra de un árbol, no, sigamos cabalgando que la noche no se hará tardada y debemos llegar al pueblo a entregar el polvito. Pos le decía, compadre, lo que en su pobre casa aconteció. Llevábamos varios meses que ni uno ni otro nos dábamos calor mutuo después de apagar la lámpara de la pieza,  mi sorpresa fue que la Concha tomó la iniciativa y se atrevió a hacerlo, de repente aprecié su aliento calentito en mi espalda, si compadre sóplele ahí, el caballo ha de traer una basura en la oreja, pos ándele que me quedo inmóvil, abrí los ojos, pero sin voltearla a ver, sí pues, sé que no se puede ver en la oscuridad, pero es un decir nada más, fue así que me puse a pensar qué ocurría con la Concha, siempre andaba con sus cansancios y nada de nada, a lo que yo tenía que recurrir a la ayuda de mi diestra, si compadre Lucas, ya le había dicho que es polvo lo que llevamos de carga en los caballos, no compadre, no se preocupe por el potrillo que le presté aguanta ese peso y más, me hice el dormido y hasta fingí un ronquido a ver que se le ocurría hacer a su comadre, acuérdese lo que nos dijo el patrón, dejan la carga y se devuelven pronto, no compadre no hay tiempo de llegar a platicarlo en una cantina, mejor sígale que el caballo aún no le agarra confianza a usted, no vaya a ser que lo tire con todo y costales, me empezó a rascar con una uña el grano que tengo en la espalda, pero lo hacía con cariñito, si, así hágalo compadre, trote con suavidad, para que el bruto no se aloque y vaya aventar los bultos, después se fue más abajo y con sus dos manos me agarró las ancas, pero lo hizo encajando las zarpas, yo roncaba más fuerte, sígale de esa manera compadre Lucas, como yo le enseñé, como cuando éramos muchachos y nos escondíamos entre los huizaches, aquella vez que nos robamos las mulas de Treviño, ya lo tiene domado compadre demuestre su hombría jale las riendas para que lo vaya conociendo, ¿ya ve? Ya sometió al alazán, en eso estaba la condenada Concha, fíjese que sus manos son rasposas, no, las manos de su comadre, luego me tomó por la culata y se me fue acercando lentamente poniendo su piel sobre mi espalda, ¡agáchate compadre!  Por poco y esa rama se te embrolla  en el cogote, quise voltearme y que me sintiera de frente, pos ya estaba más listo que nada, pero mejor opté por seguir haciéndole a la roncada y dejar a la Concha a ver hasta donde llegaba, le juro compa que ya no aguantaba tanta motivación y traté de no pensar, es más, me puse a pensar mejor en usted, en su forma de montar, en el modo de echar los bultos sobre el potrillo, en sus gestos cuando se bebe la botella de mezcal, en la fuerza con que jala los bueyes… ¡ay! Compa Lucas, si yo le contara todo lo que tuvo que inventar mi mente para que la Concha no hiciera de las suyas tan pronto, no compa cómo cree, cómo se le ocurre que yo quisiera hacer eso, nunca de los nunca me atrevería, ¿por qué? Pos no, esa no es mi línea, ya sé que no nos tardamos pero mejor le seguimos, ya sé que nadie pasa por aquí a estas horas, nunca creí que me propusiera eso compadrito, mire mejor para el siguiente viaje lo pensamos con calma y lo podemos planear y a lo mejor me animo sin que se den cuenta las comadres y menos el patrón, yo ya estaba en las últimas con mi mujer y ya sabe de esas oportunidades no hay diario, casi nunca pues, pos si ya sé que de estas oportunidades tampoco hay seguido sabrá Dios cuando nos irán a mandar otra vez con carga, pero es que no me animo compa, usted entiende ¿no? Es que jamás le he entrado a estos asuntos y no crea que nunca me lo han propuesto, si para eso tengo suerte, hasta eso que sí, y ándele pues que me le volteó a la Concha y ya sabrá usted…si me vuelve a insistir compa, chance y me animo, y ya no hay que hacerse para atrás, ¡órale pues, compadre Lucas!, si ya andamos en esto que el recuerdo de la Concha y de la noche intensa de ayer me den el valor de hacerlo, bájese y acomódese para irle dando antes que anochezca o que pase alguien y nos descubra, que sea lo que Dios diga y que éste sea nuestro secreto para siempre; pos que le digo a su comadre, acomódate bien Concha, échale compa agáchate para que te quepan más, sí ándale así, para que no sientas tanto dolor, no Concha no te voltees esa posición me gusta, enderézate tantito compa estás muy torcido sube un poco después te va doler el lomo, ándale deja te los acomodo con cuidado, eso Concha eso, métele ritmo, no compa para que quieres tantos, de a poco mejor, hay tiempo, ya andamos en esto ya ni para que darnos prisa, al fin a esta hora no pasa nadie, si Concha, sí, ya quería hacerlo desde tiempo, sí compa, vamos bien, vamos bien, ¿qué le gusta mi empuje? Claro así soy de entrón, hay Conchita de mi vida tanto tiempo sin ti ya me tenías olvidado, no, no es reproche es pasión, con ganas compita no falta mucho, mira con qué facilidad lo hacemos de haber sabido antes me animo desde el primer viaje, Concha, Conchita, Conchititita, ya compita ya estuvo, ahora hay que darnos mutuamente para que surja el efecto, y vamos dándole antes que me enfríe, no aún no, tú síguele Concha yo te aviso, no, no así está bien Conchita acelérale tantito, nomas tantito, uno y uno compa para que no se sienta ¡ah no le saque! menos fuerte compadrito la tiene pesada ¿eh?, si un poco menos, tampoco se mande ándele compa sigo yo para que vea lo que se siente, no, no me estoy cobrando en eso quedamos, así, sí así Concha, ya casi, sí compa, échale compa, ¿qué Concha qué? pos muévela concha suave pero no tan suave, Concha, ay Concha, no sabes cuánto me hacías falta tú, Concha, si compa dame más unos cuantos más, usted échele ya ni siento nada, sí mi vida sí, ya casi, Concha, ya casi, compa, déjeme respirar ya se está pasando de fuerza, déjeme darle ahora yo, no mejor así sígale, no, sólo unos cuantos más y ya no voy aguantar, sí Concha, sí, ya casi no aguanto, sí, sí compa, echa más fuerte para ya terminar con esto que me está ¡matando! ¡Ay! Concha muévela concha muévela, sí la cadera, ¡ya! ya compa, ya compa, ¡ya estuvo! ya Concha, ya…ya compa…ay Conchita… ay compita te pasaste, quedé bien cansado, ¿qué si quedé igual de cansado que con la Concha? Pos no tanto como ahora, pero no te hagas el dormido como la Concha se hizo, órale vámonos, me dejaste bien amolado compa Lucas, ni puedo caminar, ¿a poco si te cansaste de tanto?, si el jodido fui yo, me diste más tu a mí que yo a ti.  Ándale compadre Lucas, vamos escondiendo la carga con yerbas, para irnos al pueblo a declarar el robo y la golpiza.



 

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