MIEDO A LA OSCURIDAD
-¿Qué haces levantado a estas horas?
-Salí un momento.
-Déjame descansar.
-Es que le tengo miedo a la oscuridad, le he
temido desde siempre.
-Pues cierra los ojos y ya.
-Mi mamá me trajo una lamparita y mi dulce
favorito.
-¿Entonces por qué te saliste?
-Porque dentro de la tumba no entraba la luz.
AGUACERO
Iba caminando por el parque sin fijarse, como es natural,
siguiendo a su compañera de enfrente. Minutos después cayó una gota, luego
otra, cada vez con más fuerza. Para protegerse de la lluvia corrió al refugio
más cercano, cuando al fin pensó haber encontrado un buen escondite, el niño
dejó caer sobre ella la suela de su enorme zapato.
INVITACIÓN ESPECIAL
El día de su casamiento, la novia le dejó a su prometido
la invitación de su boda para asegurarse de que llegara. Ese día por la mañana,
el novio vio su invitación, se levantó con la intención de ducharse y tomar un
sustancioso almuerzo; esperó a que se arreglara toda la familia, se abotonó el
traje más de tres veces y se cambió de calcetines más de cuatro. Cuando ya
faltaban sólo diez minutos para la hora de la misa llamó con premura al taxi.
Había ensayado todas las disculpas posibles para los invitados, y estaba
decidido a asumir las consecuencias de su “irresponsabilidad”.
A las cuatro cuarenta y cinco llegó a la iglesia donde se
trazaría su destino. El sacerdote aún no llegaba, los invitados no estaban,
solo la novia, que aún no salía del coche, esperando a su prometido.
El novio entró a la iglesia para buscar al sacristán
quien le dijo:
-¡Señor, llega justo a tiempo!
- ¿Qué dice?, se supone que la boda era a las cuatro
treinta. He llegado tarde y asumo las consecuencias si deciden que ya no me
puedo casar.
- No, señor, la celebración será dentro de quince
minutos. Ha llegado justo a tiempo. Su prometida lo está esperando y me ha
dicho que usted llegaría quince minutos antes.