Esa tarde, el sol brillaba con toda su intensidad,
mi amiga y yo nos vimos en la heladería para refrescarnos mientras nos poníamos
al tanto de nuestra vida, teníamos más de un año sin vernos, la última vez, fue
en mi boda.
–¡Qué emoción verte de nuevo!, ¡cuéntame! ¿Qué tal
tu vida de casada? –dijo mi amiga mientras saboreaba su helado de vainilla.
–Ni me lo menciones, nos divorciaremos.
–Pero, ¿cómo? ¡Si eran el uno para el otro!
–Unos meses después de casarnos, Josué me planteó la
idea de un hijo, yo me emocioné bastante y lo intentamos un mes, dos meses,
tres meses, cuatro, cinco, el sexto y nada.
–Deberían ir con un especialista, mi tía Virginia también
lo intentó muchos meses hasta que fue con un médico y al poco pudo engendrar.
–Ya fuimos, nos hicieron exámenes y resultó
imposibilidad de fecundación de parte mía.
–¿Y por qué no adoptan uno? Mi estilista adoptó uno
hace dos años, y son la familia más feliz que he conocido.
–Sí lo pensamos, fuimos ya a un centro, pero no
somos candidatos.
–¿Por qué?
–Porque uno de los requisitos es tener salud
íntegra, y yo no pasé los exámenes. Al poco, mi marido perdió el interés en mí,
comenzó a llegar más tarde de lo normal a la casa después del trabajo, hasta
que un día simplemente no llegó. Y, ¿qué crees?, me encontré unos “pantys” en
el carro ayer. Mi matrimonio se perderá después de esto.
–Oye amiga, ¿y por qué no le compras un conejo?
–¿Un conejo?
–Sí… un conejo.
Pensé “mi amiga se está volviendo loca” mientras
ella proseguía:
–María mi vecina tampoco podía tener hijos, su
matrimonio se estaba deshaciendo, hasta que compró un conejo. Yo estaba
escéptica al principio, pero después de ver cómo su marido traía flores todos
días y serenata una vez al mes, no podía creerlo.
–¿En serio?
–Sí, ella compró su conejo en la tienda ubicada en
la Avenida Moctezuma, es cerca de aquí, deberíamos echar un vistazo
Caminamos unas cuadras al norte. Nos paramos frente
a una tienda enorme, tan grande como un centro comercial, de ella, salían parejas
sonrientes con sus conejos en mano.
Entramos al lugar, vimos muchos empleados y parejas
merodeando en la tienda, había de todo para conejos: juguetes, comida,
bebederos, cunas madrigueras, casas, hasta residencias. Un empleado del lugar
se paró frente a nosotras:
–Buenas tardes, ¿en qué les puedo ayudar?
–Hola, buenas tardes –dije con timidez, –, verá, no
puedo tener hijos y mi amiga dice que su vecina compró un conejo y salvó su
matrimonio.
–¡Oh, sí!, somos especialistas en ello, ha venido al
lugar indicado –caminamos a una caja con unos lindos conejitos bebés.
–Verá –el vendedor siguió hablando –estos conejitos
de aquí tienen tan sólo un mes, son mejor que un bebé humano, ellos comen por
sí mismos, sólo se les pone heno por todos lados. Ellos comen, toman agua,
duermen, hacen popó, después corren, juegan un rato, vuelven a dormir y repiten
el proceso, ¡igual que un bebé! Mejor que eso, nuestros conejos son terapéuticos, su
marido sentirá paz
y tranquilidad siempre que esté con su
conejo
–Disculpe, ¿pero no hacen destrozos en la casa?
–¡Igual que un bebé!, ¿no es impresionante?, su
esposo ni sentirá la diferencia.
–¿Y dónde hará popó?
–Tenemos pañales para conejo, así podrá cambiarlo,
igual que un bebé, con dedicación, usted y
su esposo le pueden enseñar donde hacer del baño en una esquinera, nosotros mismos
podemos proporcionarle una.
–¿Y dónde duermen?
–Tenemos cunas madriguera para su pequeño, se ponen
en el suelo y a su conejo le encantará, de igual manera son tan
cariñosos, que pueden dormir hasta en su pecho en la noche. A
ellos les gustan mucho las manos de los varones humanos, así que su
esposo se sentirá más
feliz cuando su conejo prefiera dormir con él. Podemos adaptar su casa para la
llegada de su conejo, tenemos juguetes, y su esposo llegará a casa mucho más
temprano del trabajo para jugar con su conejo, ya verá.
–¿Y cuando crezca, qué haremos con él?
–Aquí mismo en la parte de atrás, tenemos guardería
para conejo, al lado derecho verá el kínder, la primaria, la secundaria, la
preparatoria y la universidad. Le enseñaremos a brincar sin caerse, como hacer
del baño en su esquinera, como escoger la mejor hebra de heno, como y cuales
pedacitos de madera ruñir, y como dejarse abrazar por papá y mamá; en la
universidad, le enseñaremos a correr en una bola generadora de electricidad,
para que trabaje en nuestro centro de recursos renovables, allá en la parte de
arriba, y nosotros les daremos un sueldo. Podrán traer a su conejo, el
estudiará y vendrán por él en las tardes, y usted tendrá las mañanas libres.
–Todo suena bien, pero, ¿y si a mi esposo no le
gusta el conejo?
–Hasta ahora hemos tenido un porcentaje del 100%
salvando matrimonios, si fuera el caso, puede regresarnos el conejo en los
primeros dos meses si es que no le funcionó, ¿qué dice?
Miré a mi alrededor y vi muchas parejas felices,
parecía cierto lo que el vendedor me decía, no tenía nada que perder. Después
de todo, si no funcionaba, siempre podía quedarme con el conejo yo misma y así
sentirme acompañada. Total, mejor que un bebé, estos conejos parecían mejores
que un esposo.