Trayectoria de la Escuela


Historia de la Sogem Guadalajara

por Martha Cerda,  directora de la Escuela de Escritores Sogem Guadalajara


Primera fachada de la Escuela

A principios de 1988, si mal no recuerdo, apareció en el periódico Excelsior un artículo del dramaturgo Luis G. Basurto, sobre la escuela de escritores de la Sogem, que había sido fundada en 1987 por don José María Fernández Unsaín, entonces presidente de la Sociedad General de Escritores de México. La escuela se ubicaba en la zona de Coyoacán, de la ciudad de México.
    La información me interesó mucho pues era precisamente lo que necesitábamos en Guadalajara. Desde hacía varios años yo venía organizando talleres en mi casa, principalmente de narrativa, con escritores que invitaba de la ciudad de México como Agustín Monsreal, Juan Antonio Ascencio y otros, a los que tenía que pagarles el avión, hotel, alimentos y honorarios. Reunía un grupo de personas interesadas en el taller y nos prorrateábamos los gastos, pero cada vez era más pesado y oneroso traer un maestro de México, cuando mucho podíamos traerlo cada tres o cuatro meses. Además, ya era hora de que fuéramos autosuficientes. Necesitábamos una sede donde se impartieran talleres de manera continua y permanente, sin depender del D.F. ¿Por qué solamente allá tenían que darse esas oportunidades?, pensé, y decidí proponerle a don José María que fundáramos una escuela de Sogem en Guadalajara. Yo no conocía a Fernández Unsaín  pero me atreví a escribirle como quien lanza una botella al mar, con una nota dentro, esperando que alguien la reciba.
    Pasó un tiempo y un día, para mi sorpresa, recibí una llamada de Fernández Unsaín diciéndome que le interesaba mi proyecto. No lo podía creer y me dio mucho gusto que un personaje como él confiara en mí, sin conocerme. Yo le había ofrecido conseguir un lugar adecuado para instalar la escuela y reunir la planta de maestros, ya que estaba bien relacionada con la gente del medio. Él aceptó y concertamos una cita para ir madurando los planes.
     Lo primero que hice fue pedirle prestada a mi papá una casa de su propiedad, que era ideal para poner la escuela. No sé cómo mi padre también creyó en mi proyecto y me apoyó, prestándome la casa, que es hasta donde el día de hoy continúa la Sogem de Guadalajara. En seguida invité a varias escritoras y maestros de literatura a participar en esta aventura (Fernández Unsaín decía que era cosa de locos). Todas estas personas estaban capacitadas para dar talleres o alguna de las materias teóricas que integrarían el programa del diplomado que ofrecería la escuela. Entre estos primeros maestros estaban Carolina Aranda, licenciada en Letras Hispánicas; Yolanda Zamora, licenciada en Comunicación; Rosa María Escofet, licenciada en Letras Hispánicas; Mario Martín, también licenciado en Letras Hispánicas y otros que se fueron agregando después como el doctor Wolfang Vogt, el doctor Arnulfo Velasco, Ramón Lara, especialista en cine, etc.
       Por su parte, Fernández Unsaín envió al maestro Alejandro César Rendón, entonces director de la escuela de Coyoacán, para que conociera el lugar donde sería la escuela. Cuando Alejandro conoció la casa y la aprobó los planes se aceleraron. Decidimos inaugurar la escuela en septiembre de ese año. Don José María nos apoyó con $2,000.00 pesos, que en ese tiempo nos alcanzaron para comprar mesas, sillas, cortinas, pizarrones, material de intendencia y hasta alguna maceta. Yo empecé a hacer promoción y a conseguir un secretario que me ayudara en la parte administrativa. Este fue el doctor Manuel Ng, quien colaboró veinte años con la escuela.
      Fernández Unsaín ofreció venir a inaugurar la escuela y lo cumplió. Vino acompañado del dramaturgo Héctor Azar y del escritor “Nikito ni pongo”, quien dio una conferencia sobre el verbo chingar. La inauguración, el 7 de septiembre de 1988, fue un acontecimiento, lo cubrieron todos los periódicos de Guadalajara. Anteriormente había venido, por segunda ocasión, Alejandro Rendón, a dar un curso de capacitación para los futuros maestros de la escuela de Guadalajara.
      La escuela empezó a funcionar con cuarenta alumnos inscritos en las diferentes materias que se impartían. Don José María comenzó a mandarnos maestros de México a que vinieran a dar talleres o conferencias a Guadalajara. El primero fue el maestro Carlos Illescas, después vinieron Luis G. Basurto, Vicente Leñero, Tomás Pérez Turrent, don Edmundo Valadés, Eraclio Zepeda, Agustín Monsreal y muchos más. La época de la presidencia de Fernández Unsaín fue muy próspera para la escuela de Guadalajara, de alguna manera su consentida, porque fue la primera escuela de Sogem del interior de la república.
      Cuando la escuela cumplió su primer año lo celebramos en grande. El aniversario coincidió con un encuentro de dramaturgos que se llevó a cabo en el Instituto Cultural Cabañas (cuando era sede del departamento de Bellas Artes de Jalisco, la máxima autoridad cultural en aquel tiempo). La mayoría de estos dramaturgos venían de Sogem México, encabezados por Fernández Unsaín, así que todos fueron a la escuela a celebrar. Entre ellos venían don Rafael Solana, Jesús González Dávila, un muy joven Víctor Hugo Rascón Banda, Vicente leñero, Héctor Azar y muchos más. También asistieron al evento la entonces directora de Bellas Artes de Jalisco, la señora Martha González de Hernández Allende, así como personajes de la comunidad intelectual y alumnos y amigos de la escuela.
      Uno de los momentos más gloriosos de la escuela fue cuando, en 1991, recibimos a Elena Garro a su regreso del exilio.
     Nos enteramos de que don José María iba a traer a Elena de París y que iba a entrar a México por Guadalajara, para evitar la altura del Distrito Federal. Ninguna autoridad cultural dijo que organizaría una bienvenida. Entonces el escritor Ernesto Flores, un gran amigo de Elena y mío, me sugirió que le diéramos la bienvenida en la escuela. Yo me asusté, ¿recibir a la gran Elena, a quien yo admiraba mucho gracias a Ernesto, en mi humilde escuela? Sin embargo, se lo dije a Fernández Unsaín y él estuvo de acuerdo, una vez más, con mis ideas. Fue una apoteosis, Elena llegó a Guadalajara acompañada de Helenita, su hija, y de la esposa de René Avilés Fabila, quien había ido por ellas a París. A Guadalajara vinieron a recibirla Fernández Unsaín, su esposa Jacqueline Andere y René Avilés Fabila. Fuimos con ellos al aeropuerto Ernesto Flores, mi esposo y yo. Bajó del avión una Elena emocionada pero elegante y guapa a pesar de sus ochenta años y lloró al tocar suelo mexicano. En la escuela no cabían los admiradores de Elena y los periodistas, fue una bienvenida  muy emotiva llena de anécdotas inolvidables.
    La escuela de Guadalajara ha pasado por cinco presidencias de Sogem, la de don José María, muy afortunada; la del señor Reyes de la Maza, que pasó desapercibida; la de Víctor Hugo Rascón Banda, quien retomó el estilo de Fernández Unsaín y nos apoyó incondicionalmente; la de la licenciada Lorena Salazar, que fue amable con nosotros y la actual, que apenas empezó el año pasado con el maestro Jesús Calzada al frente. 
     Durante el periodo de Víctor Hugo y bajo la dirección de Teodoro Villegas en la escuela de Coyoacán, se realizaron eventos importantes como el Primer Encuentro de Escuelas de Sogem, en el D.F., al que asistimos todos los directores y varios alumnos de cada escuela; hicimos lecturas, tuvimos talleres, etc. En otra ocasión Víctor Hugo invitó exclusivamente a la escuela de Guadalajara a presentar nuestros libros y hacer una lectura en México. Fuimos aproximadamente quince personas y nos atendieron como reyes. La mayoría se hospedaron en la casa del escritor, de Sogem.
      También durante la presidencia de Rascón Banda, Sogem nos envió escritores de la escuela de México a dar talleres, entre ellos a Eduardo Casar, Mónica Lavín, Emmanuel Carballo, María Elena Aura, Bernardo Ruiz, Juan Antonio Ascencio y Agustín Monsreal. El mismo Víctor Hugo vino en una ocasión a dar una conferencia en la escuela y en otra a la presentación en la FIL de los libros de los alumnos. En ambas ocasiones Víctor Hugo fue generoso y cariñoso en sus comentarios sobre la escuela de Guadalajara, de la que llegó a decir que era un modelo a seguir para todas las escuelas de Sogem del país.
      En el año de 1997 se incorporó a la escuela el doctor José Ruiz Huerta, como administrador,  y desde entonces la Sogem Guadalajara experimentó un auge, tanto en el número de alumnos como en actividades académicas. Actualmente el número de alumnos fluctúa entre ciento cincuenta y doscientos por periodo escolar. Somos autosuficientes económica, académica y administrativamente. La escuela cuenta también con una editorial: “La luciérnaga editores”, que desde 1993 publica libros de los alumnos. A la fecha se han publicado cerca de cien títulos.
     Otras actividades de la escuela son presentaciones de libros, cursos de capacitación para promotores de lectura, exposiciones y eventos artísticos como pastorelas, obras de teatro, etc. La escuela también participa anualmente en la Feria Municipal del Libro de Guadalajara y cada año presentamos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara uno o varios libros de los alumnos, en diferentes géneros: Cuento, Novela, Poesía y Teatro. Además, los cuentos de los talleres de la escuela se publican semanalmente en el periódico Crónica.
      En el año 2008 la Escuela de Escritores Sogem Guadalajara cumplió veinte años de fundada. Hicimos una gran fiesta para celebrar el haber logrado que un sueño imposible se hiciera realidad. Tuvimos una exposición de fotografías de los veinte años de la escuela y una exhibición de los libros publicados por La luciérnaga editores. Convocamos a los ex alumnos a un coctel, al que  acudieron más de quinientas personas que manifestaron su cariño hacia la Sogem. Recibimos también felicitaciones de personalidades e instituciones del ámbito literario y cultural.
   Este año de 2017 la escuela está por cumplir treinta años, tiene una planta de maestros de primera categoría y un sólido prestigio en Guadalajara. Nuestros alumnos han obtenido 36 premios importantes en Cuento, Poesía y Novela. Los más recientes el Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen 2016, que obtuvo Patricia Carrillo; y la beca del CECA para publicación de un libro de cuentos infantil, que ganó Karla Medrano.
     Estamos ubicados en Av. Agustín Yáñez 2839, a cuadra y media de la emblemática Fuente Minerva (Tels. 3616 3763 y 3630 0020). Nuestras instalaciones constan de cuatro aulas, la oficina de la editorial, la Dirección, una cafetería y un amplio jardín para eventos. También contamos con estacionamiento para diez autos y tenemos una página de internet: www.sogemguadalajara.com 
      Nuestra trayectoria ha sido limpia y esperamos seguir trabajando muchos años más en formar agentes de cambio de nuestra sociedad. Vaya desde aquí nuestro profundo agradecimiento a todos nuestros colaboradores y benefactores, sin ellos la escuela no sería lo que es. 

 

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